En los últimos años, hemos asistido a un aumento exponencial de las conductas autolíticas, especialmente entre la población adolescente.
Aprovechamos el mes en el que se conmemora el Día Mundial de la Prevención del Suicidio para contaros qué son las conductas autolíticas, qué función cumplen para los adolescentes que recurren a ellas, y qué podemos hacer para prevenirlas.
¿Qué son las conductas autolíticas?
Según la reciente definición de Arrieta (2020), las conductas autolíticas son:
“cualquier comportamiento que cause una destrucción leve o moderada inmediata de la superficie corporal, ocasionando sangrado, hematoma o dolor.”
Además, esta definición implica que la conducta autolítica (o autolesiva) se realiza de forma deliberada, autodirigida y directa, sin necesidad de que exista una ideación o intencionalidad suicida.
Entre los adolescentes, cortarse la piel es el tipo más común de autolesión. Sin embargo, existen otras formas, como quemar, rascar o golpear partes del cuerpo. Asimismo, las áreas del cuerpo con mayor probabilidad de lesionarse son los brazos, las manos, las muñecas y las piernas, especialmente aquellas zonas que puedan tapar con la ropa. De esta forma, evitan que sus padres o familiares cercanos puedan ver las cicatrices.
¿Qué funciones cumplen las conductas autolíticas?
Como decíamos antes, las autolesiones no siempre están relacionadas con la ideación suicida, sino que pueden cumplir otras funciones para el adolescente, como son:
- Regulación de las emociones que no saben cómo gestionar, como la ansiedad, el miedo o la ira.
- Autocastigo, que puede estar relacionado con sentimientos de culpabilidad o baja autoestima.
- Sensación de tener el control: autolesionarse puede otorgarles la percepción de que esa parte de su vida, a diferencia de otras, pueden controlarla ellos.
- Buscar el apoyo o la atención de su entorno cercano (familia, amistades…).
- Experimentar o “sentir algo”. Ante situaciones en las que se sienten vacíos o deprimidos, infligirse un daño físico puede servirles como refuerzo.
¿Qué podemos hacer para prevenirlas?
Lo que no se nombra no existe, por eso es importante hablar de este tipo de conductas para poder prevenirlas. La realización de programas de prevención primaria, tanto con adolescentes en los institutos, como con familias, que incluyan estrategias de resolución de problemas, autoestima y regulación y expresión emocional, quizá pueda ser la clave para la solución de este problema.
Para elaborar este artículo hemos consultado…
Ancajima Carrasco, B.A. (2020). Conductas lesivas en adolescentes.
Arrieta, S. (2020). Revisión bibliográfica narrativa sobre la autolesión no suicida. Universidad Complutense de Madrid, España.
Excelente, gracias por compartir, me ha encantado el artículo.
Lo explica muy bien, y buenos <a href=" consejos«>consejos para prevenirlas.
Un saludo
[…] ha celebrado en las Caballerizas de La Magdalena la III Jornada sobre prevención de las conductas autolíticas en el ámbito educativo, enmarcada en el Ciclo de Jornadas de Formación sobre Salud Mental y […]